Ayer, nuevamente estuve en una despedida;
en la de alguien querido
que se ha marchado con premura.
que se ha marchado con premura.
No le conocí personalmente
por esas circunstancias de la vida
que nos hacen dejar para mañana
lo que deberíamos hacer hoy.
Pero he oído sobre él,
que era un gran hombre,
alegre, tolerante, divertido, inteligente
y que amaba a su familia
por sobre todas las cosas.
Estando allí junto al féretro, pensé que,
seguramente habríamos congeniado.
Pero de un modo u otro, para mí,
siempre será un ser especial.
Es el padre de Ana y esto es suficiente.
La vida a menudo es injusta,
nos deja escasas opciones y
debemos adaptarnos a lo nuevo.
Los que me conocen saben
que no creo en el cielo,
mucho menos en el ardiente infierno.
Mas como tengo seres muy queridos,
que también han realizado el viaje,
el del ligero equipaje,
siento dentro de mi corazón
que están en algún lugar mágico.
Algo, como un jardín colorido
con música, libros y lluvia de amor.
Sé que tú, Miguel, allí llegaste ayer.
De aquí de la tierra te llevaste
el enorme amor de los que te aman y
aunque has dejado un halo de tristeza
las estrellas, desde anoche,
lucen con gran intensidad;
se nota que hay una más
alumbrando en el firmamento.
Hasta siempre, Miguel.
"Ando de distancia, pero no de ausencia, ando con el alma llena de tu esencia"
Alberto Cortéz
Estoy segura que estas palabras le harán un poco feliz,dentro de su enorme tristeza.
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